miércoles, 19 de febrero de 2014

Una historia - Parte 1

Y sucedió que llegó el momento en que era muy experimentado en su trabajo al grado de que consiguió un ascenso. Tenía su fuente adicional de ingresos que le permitía darse gustos yendo a comer a un buen restaurante de vez en cuando, comprar la tecnología que le permitiera hacer trabajos fotográficos y artísticos de buena calidad, tener un guardarropa variado que incluía ropa y calzado de buena calidaad, viajar a algunos lugares de su interés, tener su casa decorada tal como él lo deseaba y tener un buen carro.

Tenía experiencia, y sabía cómo manejar las situaciones que se le presentaban en los planos laboral, social y familiar.

Además de todo, se daba tiempo para estar a solas siempre que podía. Le gustaba meditar, masticar cada suceso, buscar la manera de tener presente lo que quería para sí.

Sólo había algo que aún no dominaba: tratar mujeres. Simplemente no tenía idea de cómo acercarse a ellas.

Es cierto, el ascenso que obtuvo no era gran cosa. Era sólo un nivel en el escalafón. Pero eso era suficiente para que muchas muchachitas se acercaran a él. Nada raro en un lugar en donde las mujeres más hermosas se interesan por los chavos más desmadrosos, los que ya obtuvieron ascensos y los que tienen carro. Eso también creaba percepciones erróneas, pues muchas princesitas tienden a ser camaleónicas y pueden fingir cualquier cosa para hacer que el hombre "adecuado" se fije en ellas. Podrían engatuzarlo para obtener algunos privilegios o incluso apoyo para ascender en el escalafón.

El resto de las mujeres, o ya eran casadas, o no eran atractivas. Y había las "buena onda", pero esas eran a las que menos se acercaba para evitar confusiones dentro de su mente o malas interpretaciones ante cierta actitud que pudiera adoptar.

Y el factor más importante de todos: No había tenido buena suerte en el amor. A lo largo de su vida, se había enredado en relaciones complicadas, algunas de ellas incluso tormentosas, y había salido mal de cada una de las relaciones que ya había tenido.

Llegó a haber momentos en los que huyó del trato amable de una mujer e incluso el tema de una pareja llegó a ser algo que ni siquiera le pasaba por la mente.

Cuando necesitaba algo, lo pensaba mucho. Se lo tatuaba en la mente. Para ello, necesitaba muchos momentos a solas, y caminar mucho. Para obtenerlo, iba por ello con vehemencia.

Había perdido el miedo a "las consecuencias" y siempre decía lo que pensaba y luchaba por aquello a lo que tenía derecho. Su carácter era fuerte.

Otra cosa es que cuando decía algo, era porque ya lo habia pensado dos veces. La reacción inmediata no era una de las características de su comportamiento. Había devorado libros y textos sobre etiqueta, urbanidad y buenas cosumbres y todo lo que decía se basaba en los conocimientos que había adquirido.

Desconocía muchos temas, pero sabía disimular. Algo que lo obsesionaba mucho eran algunos aspectos de la superación personal. Tenía abundantes libros y documentos que básicamente eran manuales, así como listas y listas de tips para cualquier cosa.

Y otra cosa que lo mantenía motivado, o incluso tenso, era el espíritu competitivo. Siempre buscaba ser el mejor, pero hacía hincapié en los temas que más dominaba. Trataba de dominar los procedimientos y poliíticas en su trabajo, sabía mucho del ramo al que pertenecía lo que vendía para obtener ingresos adicionales, y dominaba sus temas de conversación favoritos como la música, la fotografía, las herramientas de internet, los perros y el diseño de imagen (temas musicales para crear ambientes, moda, grooming, decoración y recetas básicas de cocina -o como él la llamaba, cocina de supervivencia-.). También sabía mucho de los placeres de Bacco, de fútbol americano y de automóviles.

Aunque era muy despistado y pocas veces se enteraba de lo que sucedía a su alrededor.

Era mucho muy cuidadoso con su imagen y con sus gestos. Elegía cuidadosamente su ropa y calzado y era muy meticuloso con las combinaciones de colores y texturas. Su estilo era casual, pero variado. Tenía camisas de todos los colores que hubiera disponibles. Usaba zapatos de diferentes estilos, pero simpre discretos. En lo que a zapatos se refiere, no salía del negro y de algunos tonos de café. Excepto en zapatos deportivos, en donde siempre tendía al azul y al gris con vivos en colores muy llamativos. Siempre estaba bien rasurado y bien perfumado.

Caminaba erguido, pero con pasos silenciosos. No era el tipo de persona que desea hacerse notar. Saludaba cortesmente, pero no se detenía a intercambiar comentarios. Y por otro lado, siempre permitía que fuera la otra persona la que iniciara la conversación, a menos que fuera un asunto de trabajo que él tuviera qué tratar. En general no buscaba a nadie, pero sí habían personas a las que prefería evitar, tanto en el trabajo como en sus círuclos sociales y familiares.

Había algo que cuidaba mucho: Sus blogs. Tenía un blog en el que publicaba sus fotografías y un blog más en el que publicaba reseñas de películas y eventos a los que asistía, así como fotografías y memes que se encontraba en internet para expresar sus sentimientos o complementar las reflexiones que tenía acerca de un tema en específico.

Su experiencia en el manejo de SEO había hecho que sus blogs fueran muy leídos y apreciados. La calidad de la imagen, la calidad del contenido de sus posts y el equilibrio en la selección de sus plugins le permitieron captar una audiencia muy buena y hacer ciberamigos.

Pero hubo un tiempo en el que dejó de ser tan puntual, que sus outfits se limitaron a playera tipo polo y jeans, que estaba más callado que de costumbre, que dejó de visitar restaurantes buenos, que no estaba de buen humor para apoyar a sus compañeros de trabajo, que no tomó fotografías tan buenas y que la calidad de sus publicaciones se fue perdiendo.

Pero de esto hacía ya algunos meses...

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